A lo largo de la vida conocemos innumerables personas. Sin embargo existen unas cuantas que, sin parecer particularmente diferentes, su presencia y cercanía nos resultan enriquecedoras e inspiradoras. Son para nosotros una estancia o estación virtuosa para detenernos, beneficiarnos de su experiencia y tomarlos como puntos de referencia, para seguir avanzando hacia nuestras propias metas. Para algunas corrientes de pensamiento oriental, proyectamos sobre estas personas cualidades que existen en nosotros pero que ellos han sido capaces de reconocerlas, trabajarlas y aceptarlas.

 

La serie que se presenta en esta exhibición es un conjunto de diez retratos y un autorretrato realizados con una esmerada y minuciosamente detallada técnica realista, que provienen del resultado de una reflexión personal de la artista acerca del complejo desarrollo de la libertad interior y de aquellas personas que son estaciones de virtud para direccionarse hacia ésta. La reflexión se materializa en la construcción de cada imagen. El fondo neutro luminoso y las posiciones de los personajes aluden a la libertad, mientras que los encuadres en contrapicada los enaltecen. El título de cada obra se refiere al tiempo que le dedicó a la representación de cada una de estas personas, es decir, el tiempo que compartió con estas estaciones de virtud, el cual termina siendo un periodo que la artista pasó reafirmando las cualidades en común y en crecimiento.

 

La libertad interior de la que Diana Carolina discursa en esta serie es esa libertad desencadenada de los invisibles límites que nos imponemos o los que aceptamos que nos impongan, esa libertad que nos permite desarrollar todas las capacidades y vivir en una plenitud absoluta. Estacionarnos cerca de quien vive esta libertad es una experiencia intensa, que arroja luz sobre todas las cosas de las que aun no nos hemos liberado.

 

 

Carolina Nieto Ruiz,

Maestra en Estética y Arte

 

DIANA CAROLINA 2016 ®